jueves, 6 de septiembre de 2007

EN BUSCA DE JOSEFINA (PRIMERA PARTE)


Fue hace tres años. Transcurría la fiesta de inauguración del Segundo Festival Internacional de Cine de Morelia cuando me topé accidentalmente con el rostro más interesante de la noche: una jovencita de piel muy blanca y largo cabello negro que parecía escudriñar a todos los presentes con una de las miradas más penetrantes y al mismo tiempo hermosas que yo había visto en mi vida... una de esas personas que destilan humanidad, gracia e inteligencia. Soy un mirón confeso, así que me paré a observarla. Segundos después, la chica sintió mi mirada -seguro que ella de ésto ya no se acuerda-, me clavó como dardos sus ojos oscuros y yo tuve que hacerme el disimulado y avanzar un tanto apenado hacia otro rincón del recinto donde se llevaba a cabo el evento... Dos días más tarde -era domingo- descubrí en la oscuridad de un cine que se trataba de la protagonista de esa delicia de película llamada Temporada de patos.

La pantalla me reveló no sólo a una gran actriz, sino también a una notable presencia cinematográfica (no toda actriz puede jactarse de ser una "presencia"; después de todo, ese "ingrediente" es lo que hace a las grandes estrellas fílmicas), algo que yo ya había presentido, o mejor dicho constatado, la noche de la fiesta.

Pasaron dos años y mientras preparaba el rodaje inminente de Hasta el viento tiene miedo, supe que quería trabajar con esta actriz que tanto me había llamado la atención, amén de que sólo había escuchado maravillas en torno a su profesionalismo y pasión por el medio.

Al conocerla bien por primera vez, sin miradas furtivas de por medio, comprobé que todos esos rumores eran ciertos. Y es que Danny Perea sólo tiene 21 años, pero es un portento; lo digo sin exagerar, con total honestidad y profunda admiración hacia su trabajo. Estoy muy orgulloso de haberla captado en celuloide durante lo que a mí y a muchos de los que trabajamos en esta película, nos pareció un momento importante de su vida; o sea, en "estado de gracia", luciendo como una presencia fascinante y desarrollando un "performance" que, ya se lo dije a ella en alguna ocasión, fue el regalo más abrumador que pudo haberle hecho a esta película, la película de todos.

Así que en las siguientes líneas, Danny les contará sobre el proceso que la llevó a crear lo que me gusta llamar "el eterno resplandor de la esquizofrénica Josefina", y sobre cómo todo empezó con una sesión de casting que, la neta, yo sólo le hice porque era un requisito y había que guardar las apariencias ya que la realidad es que la quería en la película costase lo que costase.

En efecto, querida Danny. Como Renée Zellweger le dice a Tom Cruise en la mejor escena de Jerry Maguire: "You had me at 'hello'".

Gustavo Moheno



En busca de Josefina (primera parte)

Por Danny Perea


No recuerdo en qué mes exactamente del segundo semestre del año pasado me hablaron para una audición. La directora de casting -Laura Trejo- me explicó cómo era el personaje y me mandó las líneas que tenía que aprenderme, mismas que ensayé durante el fin de semana que fui a ver el documental En el hoyo, de Juan Carlos Rulfo. Lo recuerdo bien porque aquello está muy ligado en mi memoria a todos los demás increíbles recuerdos de Hasta el viento tiene miedo.

Llegó el día del casting y me vestí como colegiala, pues fue lo que me recomendó Laura para hacer la audición. Arribé a un edificio azul que reconocí de inmediato, pues es donde se encuentran las oficinas de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, la cual visito frecuentemente desde que me gané el Ariel por Temporada de patos, pues al ser ganadora, la Academia te hace el honor de ser jurado durante tres años.

Cuando entré a la oficinas de Hasta el viento tiene miedo saludé calurosamente a Laura, pues la conozco desde hace varios años y había pasado tiempo antes de volverla a ver. Me pasó a un cuarto donde había una persona sentada con una mirada indiscutiblemente dulce; al segundo siguiente descubriría que era el director de la película. Me presenté y me pidió que empezara con el casting. Lo hice.

Antes de irme el director le preguntó a Laura Trejo si también me había mandado las líneas de Josefina. Ella respondió que no. El director me preguntó si tenía tiempo para aprendérmelas y yo le dije que sí (aunque después tuve que disculparme con mi familia porque estaban esperándome para comer). Me platicó acerca del personaje y pensé, “este personaje está muy fregón (chingón fue la palabra exacta que pensé, para ser honesta); este es el personaje que he estado esperando desde hace mucho”.

Leí las líneas y las memoricé. Cuando ya tenía la seguridad de habérmelas aprendido dije, “ok, ahora tienes que tratar de crear un personaje lo más pronto posible, pues el director no tiene tu tiempo, niña”. Entré en pánico al pensar que la premura podría hacerme caer en el cliché al interpretar este personaje, pues regarla no era difícil. Después de un tiempo tomé una gran bocanada de aire y también una gran bocanada de cinismo, pues eran los dos únicos recursos de los cuales disponía para tener valor.


Entré de nuevo al cuarto. Antes de empezar con la escena yo miraba al director con unas ganas de decirle: “perdón, es lo único que pude resolver en 25 minutos”. No se lo dije y sólo me limité a hacer la prueba con este nuevo y absolutamente retador personaje. Al terminar, el director sonrió y entre risas me dijo: “y bien, ¿qué es lo que tienes que hacer del 20 de noviembre al veintitantos de diciembre?

Me emocioné, sensación que suelo reprimir de inmediato ya que al querer ser objetiva con mi trabajo o con la reacción que los demás tienen de él (plan extremadamente inviable cuando se trata de hacerlo con uno mismo), nunca escucho claramente las buenas noticias, o sospecho de ellas y las escudriño hasta deformarlas de maneras tan ajenas a la realidad, que hay veces que mi madre se enoja conmigo y me dice: “¡bueno! ¿¡Pero es que cuando alguien te dice algo lindo acerca de tu trabajo te vuelves sorda o es que sólo experimentas un lobotomía fulminante!?

Entonces, aquella expresión de alegría del director después del casting la juzgué de alucinación mía y regresé a mi casa. Mi mamá me preguntó que cómo me había ido y yo, como siempre que hace la misma pregunta, le respondí: “No sé, a ver qué pasa”. Como a las dos semanas me habló Laura para decirme que me había quedado en la película... Yo le pregunté que con qué personaje me había quedado, deseando con todas mis fuerzas que ella respondiera Josefina… y así lo hizo.

Recibí físicamente el guión, lo cual me resulta mucho más emocionante que recibirlo por mail. Llegué a mi casa a leerlo y cuando lo terminé dije: “me encanta, me encanta”. Y al seguir descubriendo a Josefina me decía: “¡Danny, qué maravilla! Esto es lo que habías querido hacer desde hace tanto”. La alegría me duró exactamente un lapso de cinco minutos porque volví a entrar en pánico. El personaje era realmente muy complejo y una de las cosas que lo hacían aún más era el hecho de que ella padecía de esquizofrenia.


Esa misma noche me quedé hasta las cinco de la mañana investigando acerca de la esquizofrenia. Estuve lejos de sentirme aliviada después de leer cientos de artículos acerca de este padecimiento, pues descubrí que, en sí, era absoluta y profundamente complejo. Tenía que descubrir si funcionaba que Josefina tuviera una esquizofrenia paranoide o una desorganizada, una catatónica o una no diferenciada, y en todas y cada una de ellas existen síntomas positivos y síntomas negativos. Dentro de los positivos se encontraban los síntomas en el ámbito del pensamiento como la angustia y la excitabilidad; dentro de los síntomas positivos vegetativos se encontraban el insomnio, las palpitaciones, sudores, mareos, trastornos gastrointestinales, trastornos respiratorios, entre otros; y en los síntomas positivos de la motricidad se encontraban el comportamiento agresivo y/o agitado, inquietud corporal, movimientos extraños y absurdos, conducta repetitiva.

No conforme con eso, Josefina cree ser acosada por un fantasma, tiene conductas físicas autodestructivas, un sentimiento de culpabilidad gigantesco por algo que ha pasado un año antes de cuando se desarrolla la historia y una autoestima nula…

No paraba de pensar en Josefina, día y noche, todo el tiempo. Me preguntaba: ¿cómo camina Josefina? ¿Cómo mira, cómo siente, cómo habla?


Tampoco podía dejar de preguntarme qué era lo que había llevado al alma y la mente de Josefina a llegar a todos estos indeseables límites. En ese momento sabía que necesitaba una biografía del personaje. Se la pedí al director y me la dio de inmediato. La leí y me pareció una biografía precisa y muy interesante. Al tener otro elemento más para construir a Josefina me sentí relativamente aliviada pues sabía que aún faltaba un largo camino por recorrer…

(CONTINUARÁ MAÑANA)

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahh que bueno que nos contaron más de Josefina!!!! porque ella es mi personaje favorito en esta nueva versión.

El trazo de este papel me cautivó desde el primer día que leí su historia en este blog.

Enhorabuena por darnos a conocer más detalles de su interpretación.

Saludos!

Anónimo dijo...

Increíble la entrada de hoy. Espero con ansias la segunda parte. Danny Perea es extremadamente hermosa. estoy seguro que será la próxima gran estrella no del cine mexicano, sino mundial.

Anónimo dijo...

¡Guau! (Y no es ladrido, aunque sí le echaba los perros) ¡Qué chingonas fotos de Danny Perea! Nada que ver con su programa de tele. De acuerdo con Mauricio que va camino a ser una gran estrella. Ya veremos la película, pero por lo pronto ESTE ES EL BLOG DEL AÑO. ¡Felicidades!

Anónimo dijo...

No escribe mal Danny. Está llena de talentos esta muchacha. Muy interesante todo lo que pone. Suerte con la película.

Paxton Hernandez dijo...

Confirmadísimo. La Perea es más sensual, bella e intrigante que la Higareda.

MMm, los misterios del estrellato.

Carlos Reyes dijo...

ademas de hermosa, podria ser la actriz joven mas talentosa en mexico en estos momentos, tal vez junto a Jimena Ayala...

he expresado varias veces en mi blog que me sorprende que apenas tenga 2 trabajos en cine, tiene un potencial impresionante, desde el primer dia lo que supe de la peli, lo primero que me entusiasmo es ver su nombre entre los creditos

SUERTE EN MORELIA!

Anónimo dijo...

Lo tiene todo: buena actriz, un rostro fascinante, una voz rompecorazones y, lo más importante: cerebro. Es algo que se nota leyéndola. ¡Mucho éxito preciosa Danny!

Anónimo dijo...

Danny Perea es una actriz muy especial. Le deseo toda la suerte del mundo. ¡Y ya queremos verla en más películas!

Anónimo dijo...

Danny:

Muchas felicitaciones por tu impecable preparación para enfrentarte al personaje de Josefina. Es increíble ver cuando un actor (actriz, claro, en tu caso. Me refiero al oficio) se prepara para construir de la nada a un ser humano que tiene su propia manera de hablar, de mirar, de caminar y hasta de respirar.
De nuevo muechas felicitaciones y saludos!

Paduchina dijo...

Coincido con Colmillito, me súper cautivó desde el principio la historia de Josefina. No he visto nada de esta chica, creo que alguna vez la ví en uno de esos programas de TV Azteca, pero no estoy segura. Esperaremos mañana la continuación; y..... Me debes el final del Osooooo!!!! Oye, por cierto, dónde quedó la fotografía del principio????

Anónimo dijo...

Una gran amiga es Danny Perea. La conocí en la promoción de TEMPORADA DE PATOS y también supe que el destino le depara grandes cosas.

Lo mejor es saber que disfruta su oficio. Que lo mejor que le puedes regalar a Danny es un personaje bien escrito, suficientemente detallado para que lo entienda y con los espacios y puntos seguidos necesarios para que ella con su imaginación y talento llene esos huecos con su magia.

Nos vemos en la premiere Danny!