martes, 25 de septiembre de 2007

CARLOS ENRIQUE TABODA: LOS ALTIBAJOS DEL MIEDO (SEGUNDA PARTE)


Por Iván Farías Carrillo
(Revista Cinefagia,Marzo 26, 2004)
(Segunda y última parte)

Además de lo extraño del título para ese entonces, Hasta el viento tiene miedo se revela como un trabajo maduro, sólo deficiente en algunas actuaciones y en la producción. Esta película toma el lugar cerrado de un internado para señoritas y desarrolla una intrigante y sólida historia de miedo. Debido a que la directora del internado atrapa a una estudiante asomándose a un campanario al cual está prohibido el acceso, la estudiante y sus amigas son castigadas con pasarse las vacaciones dentro del internado. Empero, poco a poco se darán cuenta que la directora y la escuela misma guardan un secreto macabro.

Taboada echa mano de la oscuridad, del sugerir sobre el mostrar para provocar sobresaltos. Demuestra una capacidad innata para contar historias de miedo con apenas unos cuantos recursos: un paneo en la oscuridad, el sonido del viento en los campos abiertos, las ventanas azotándose y la penumbra de la escuela.


La actuación de Marga López como la malvada Bernarda, la directora del colegio, hace un contraste perfecto con las frágiles alumnas. Taboada se las arregla para evitar los diálogos cargados y las referencias anticlericales, aunque de facto, la cinta es abiertamente atea. Curiosamente acepta la existencia de entidades paranormales, porque hay una posesión por parte de un espíritu y con esto acepta la vida más allá de la muerte.

Por momentos, la cinta parece convertirse en uno de esos trabajos donde al final se revela que no hay nada sobrenatural y que todos los acontecimientos son perfectamente explicables, pero no sucede así. Taboada decide arriesgarlo todo y, pensando bien cada escena, nos da una cátedra sobre el cine fantástico hecho en México.

Y es que, como afirma Emilio García Riera: “se apreció en su momento el intento en Taboada de crear una atmósfera ominosa sin el auxilio de la truculencia barata." Claro, todo esto en su monumental Historia Documental del Cine Mexicano.


Y es que en nuestro país el cine fantástico siempre ha sido denostado, con justa razón, porque hay contadas películas nacionales que se salvan de la quema. Son pocos, muy pocos los realizadores que en esta época en particular del cine nacional -los sesentas- entienden las posibilidades poéticas de los subgéneros, llámense terror, policíaco o ciencia ficción. Por lo regular este tipo de cine siempre es la mezcla de lucha libre con argumentos absurdos o surrealistas y un presupuesto paupérrimo. Nadie lo toma en serio y los cómicos hacen las delicias del gran público ridiculizando la fantasía.

Taboada se lo toma en serio y realiza esta cinta que logra poner un poco de empeño en el trabajo de otros realizadores. Ni Marga López creía en su momento en Hasta el Viento tiene Miedo: “Nunca creí que esta película fuera a tener éxito y sin embargo gustó mucho; todavía a mucha gente le sigue gustando, les sigue provocando miedo, les sigue asustando”, según una entrevista concedida a Eduardo De la Vega Alfaro.


En el año olímpico, 1968, Taboada logra dirigir otra cinta de miedo, dividida en segmentos: La trinchera. Unos revolucionarios se dedican a contarse historias mientras esperan en una trinchera la llegada de los refuerzos. La anécdota, al estilo El Decamerón, se adapta muy bien al descontrolado tiempo revolucionario. Taboada vuelve a mostrar que seguramente en su infancia oía cientos de historias y leyendas, de esas que cada vez circulan menos de boca en boca. Historias que se daban en los pueblos y que eran recordadas cuando se iba la luz o no había televisión para evitar hablar entre nosotros. La trinchera se revela como una buena película de terror.


Al siguiente año dirige la que para muchos es su mejor película, El Libro de Piedra (1969). Marga López vuelve a confiar en Taboada, al igual que Joaquín Cordero. El Libro... cuenta la historia de una extraña relación entre una niña y un niño fantasma que vive atrapado en una estatua de piedra. Taboada logra recrear esa atmósfera, al parecer inocua, pero que con el transcurrir de la historia y de los giros propios de la trama se vuelve insoportable por la tensión que va creando. Recurriendo expresamente a mitos que podríamos llamar mexicanos y modernos, nos cuenta algo que podríamos haber oído en alguna tranquila noche de terror, amén de que la vuelta de tuerca al final es memorable.


Y, es cierto, la cinta tiene una clara referencia a The Turn of the Screw, de Henry James, pero la historia es bien asimilada y sirve únicamente como influencia. Además, Marga López demuestra que puede tomar cualquier papel y darle nueva vida, no así el resto del reparto que va de lo bueno a lo aceptable. Así mismo, la producción demuestra su falta de presupuesto en algunos casos y de planeación en otros. Pero a la gente poco le importa eso, así que de inmediato se volvió una cinta de culto. Es un evento importante cada vez que la retransmiten en la TV, aunque no con la frecuencia que uno quisiera.


La crítica recibe bien El libro de piedra y hasta elogia una vez más la capacidad de Taboada de asustar con muy pocos elementos; la atmósfera que logra de incertidumbre y misterio la hacen una cinta universal.

Para ese momento, Taboada podría haberse visto librado del infracine, pero vuelve al destajo cinematográfico. Dirige algunas cintas más o menos buenas y escribe guiones pésimos para el Santo (Santo en Anónimo Mortal) y para Blue Demon (Blue Demon en la Mafia Amarilla). Es hasta 1975 que filmaría otra de sus cintas minimalista de miedo: Más Negro que la Noche.


Este filme retoma el aire claustrofóbico, las relaciones de amistad entre las mujeres y el recurso de sugerir en vez de mostrar de su pasada obra, Hasta el Viento Tiene Miedo. De nueva cuenta el mal proviene de algo cotidiano y por lo mismo cercano; en este caso un gato negro. Con guiños a cuentistas clásicos de terror (el más visible, Poe) y de nueva cuenta a las leyendas urbanas, conserva esa solidez de su anteriores trabajos.

Para ese momento, Taboada ya era un director de culto en Estados Unidos y Europa, por lo que tuvo corrida comercial en aquellos lugares. Blacker Than The Night, fue bien aceptada pero ni eso le valió para poder dedicarse expresamente a esta vertiente del terror. También podía ser que no quería. Los años posteriores escribe algunos guiones para seguir viviendo y después dirige La Guerra Santa (1977), una cinta bastante aceptable sobre la guerra cristera que se dio principalmente en el bajío mexicano.


Es hasta 1984 que dirige su última obra, que se ha convertido rápidamente en un hito subterráneo: Veneno para las Hadas (1984), llamada en Estados Unidos y el resto del mundo Poison For The Fairies. En esta cinta, Taboada ya es dueño de todos sus recursos y sabe qué resortes apretar para conseguir la tensión necesaria.


Taboada cuenta con mucha inteligencia la historia de una niña mala leche que está convencida de ser bruja y que por lo mismo desea acabar con su némesis natural, las hadas. La pequeña -en ese entonces- Ana Patricia Rojo, nos enamora con su inteligencia, con sus conjeturas, con su odio pensado y repensado contra las demás niñas bobas de su clase. Además, Taboada decide quitarse de tapujos y muestra una sensualidad siempre sugerida en sus otros trabajos, pero que en ésta, su última cinta, decide explotar al máximo. Y la Rojo se presta al juego, enseñando cándidamente parte de su blanca piel y su sonrisa coqueta.


En esta película, Taboada confirma sus obsesiones, su gusto por las leyendas, por las historias de aparecidos, por la crueldad que se esconde detrás de cada ser humano por muy cuerdo que se vea. Una vez más, los citadinos son enfrentados con el campo, con el ambiente rural y vuelven a salir muy mal parados. La provincia para Taboada es el lugar que no respeta leyes, más que las mágicas, porque lejos del asfalto, las limpias, los brujos y los espectros cobran una existencia muy real. El campo es el detonante para que la pequeña bruja decida eliminar con veneno y fuego a la aburrida hada de su amiga.

Veneno para las Hadas, al igual que sus otras cintas recibe muy mal distribución y es casi imposible verla en las televisoras. Sin embargo, ésta, su obra póstuma sería la que mejor conjugaría su estilo neogótico dicen unos, minimalista digo yo. Y si bien es cierto que Taboada intercambia los castillos por viejas casas coloniales y los fantasmas con cadenas por otros más modernos, no creo que haya sido esa su intención.


Es curioso, pero la obra de Hideo Nakata tiene paralelismos muy interesantes con la obra de Taboada. Es decir, Nakata también logra crear miedo sin la necesidad de sangre salpicando por todos lados. Además de que la presencia de los fantasmas es aceptada de una manera natural. Uno nunca duda de que eso pueda pasar. Pero las relaciones humanas son más importantes que los "sustos". La niña de El Libro de Piedra, Mariana, también tiene severos problemas de adaptación causados por la muerte de su madre, como los tiene Numiko, en Dark Water. Además, la relación entre los personajes principales en Ringu es tan extraña como la relación que tienen los padres de Fabiola en Veneno para las Hadas.

Taboada todavía escribiría algunas cintas más antes de morir del corazón. En televisión escribiría, dirigiría y produciría algunos capítulos de la serie de culto La Telaraña (1986-1988), que se transmitía en horario estelar por el canal de las estrellas. La Telaraña no era propiamente de terror, sino de melodramas perfectamente bien realizados que muchas veces rayaban en otros géneros, como el policíaco, el suspenso y hasta el miedo. La Telaraña marcó una buena época dentro de la televisión mexicana al lado de esa otra serie de culto: Hora Marcada.

Carlos Enrique Taboada falleció el 15 de abril de 1995. Tenía 65 años.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

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Paduchina dijo...

Fabuloso!!! Efectivamente, el que Taboada lograra crear miedo sin la necesidad de sangre salpicando por todos lados, es lo que lo hace un maestro. Gracias por este magnífico reportaje, pero todavía me deben...

Anónimo dijo...

Oigan, pues a mí prácticamente me regresaron a la infancia con este reportaje. Lo disfruté mucho y, por supuesto, que volveré a ver las películas del señor Taboada, uno de los grandes cineastas que ha dado este país. Gracias.

Anónimo dijo...

De todas las películas de Taboada me quedo con "Veneno para las hadas". Las más famosas siempre serán "Hasta el viento tiene miedo" y "El libro de piedra", ambas notables pero sobrevaloradas por la nostalgia.

Anónimo dijo...

Muy interesante el reportaje del maestro Taboada. Aflora la nostalgia y dan ganas de volver a ver sus películas. Espero con ansias su versión. Los veo el 19 de octubre. Saludos desde Tijuana.

Paxton Hernandez dijo...

Coincido con el Ferrara,

Taboada fue depurando más y más su estilo hasta lograr esa obra maestra del horror mentalista, Veneno para las hadas. Ahí el mindfuck es contundente.

Más negro que la noche es la que me parece su película más sobrevalorada.

Anónimo dijo...

Veo en el futuro cercano un remake de 'Veneno para las Hadas' con Belinda en el papel de Ana Patricia Rojo...

Paxton Hernandez dijo...

Quiero vomitar...

Anónimo dijo...

No mames, vidente; Belinda ya está muy grande para "Veneno para las hadas", se nota que no la has visto. Y a ver, Paxton, propón a una actriz para ese remake y no nos salgas con tu adorada Claudia Soberón, que también ya está muy grande... en fin, tendrían que buscarse nuevas niñas...

Anónimo dijo...

de todas las peliculas que he visto la que mas me ha gustado fue la de HASA EL VIENTO TIENE MIEDO y admiro mucho al que hizo esa pelicula

JENNY Y.